Cuando una mujer es productiva y sana se proyecta hacia todo su entorno, de tal suerte que cuando mamá está en buenas condiciones, el hogar y el ámbito donde ella se desarrolla se contagia de su entusiasmo y energía; pero cuando ocurre lo contrario y se siente enferma o deprimida, el entorno se ve afectado y las cosas no funcionan de la manera acostumbrada. ¡Vaya carga para nosotras!, pero es verdad que las familias en dónde hay una mujer necesitan de su fortaleza.
Desafortunadamente en la actualidad y como producto de la doble o triple jornada de trabajo, la falta de una alimentación adecuada, el estrés, cambios hormonales y otros factores ambientales, las enfermedades que antes se asociaban principalmente con los varones, aparecen como una causa importante de muerte entre las mujeres. Tal es el caso de los problemas del corazón, la hipertensión arterial, el tabaquismo y alcoholismo por mencionar algunas de las más importantes.
Asimismo hay padecimientos que afectan directamente a las féminas por su condición de género como cáncer de mama y cáncer cervicouterino que representan las causas más importantes de fallecimientos de mujeres a nivel mundial.
La diabetes es otro mal que se ha incrementado entre la población femenina en nuestro país, siendo más las mujeres que los hombres afectados por ésta e incluso las niñas y jóvenes obesas en las que tristemente tenemos el primer lugar.
Este fenómeno de la feminización de ciertas enfermedades es algo que nos tiene que poner a reflexionar sobre lo que estamos dejando de hacer para apoyar a nuestras congéneres y a nosotras mismas para mejorar nuestra salud y prevenir las enfermedades.
Un hecho social importante es el que al salir del espacio doméstico, la carga emocional del cuidado del hogar sigue siendo de ellas y poco es el apoyo que se encuentra con la pareja o los otros miembros de la familia. Así las cosas, las mujeres están sometidas a una fuerte presión para hacerlo todo y además bien. Evidentemente el potencial femenino está más que probado, sin embargo las inequidades no son un secreto y empujan a una mujer que quiere sobresalir en su trabajo a dar el doble y sacrificar incluso su integridad física para obtener el reconocimiento que necesita.
Muchas mujeres viven agotadas, pero aún así son productivas y se exigen a puntos que arriesgan su salud. Nunca tienen tiempo para ellas y esto incluye visitas al doctor y momentos de descanso. Los fines de semana no son espacios de relajación, sino de quehaceres domésticos extenuantes y más auto exigencia.
Necesitamos parar. Reflexionar un momento en la importancia que tiene la salud, la tranquilidad y el descanso para tener una vida plena y darle a nuestros seres queridos tiempo de calidad, ya sean los hijos, la pareja, los padres o los amigos.
Los varones deben integrarse al trabajo de casa y a la crianza para aligerar la muy pesada carga que recae hoy sobre nosotras y empezar por darnos espacios de cuidado, visitas al médico, alimentación sana y algo de ejercicio para conservar la salud, que es sin duda el don más preciado para cualquier ser humano.
México necesita mujeres sanas y felices y en ello todos podemos contribuir y poner nuestro granito de arena.
Cuídate, quiérete, protégete, no esperas a que nadie lo haga por ti. Tu salud es tu responsabilidad y tu derecho.
Gracias, por hacerme la importancia de mi salud.
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